El Cirquito de a Locha Maracaibo
Los asistentes llevaban su taburete de madera para ver el espectáculo, pero si el mismo ocupaba mucho espacio por su gran tamaño, debían compartirlo con alguno de los presentes. Aunque esa norma debía cumplirse para poder apreciar relativamente con comodidad el show, otros preferían sentarse directamente en el suelo para evitar el posterior traslado del asiento. Quien asistiera a la función del domingo, participaba automáticamente en una rifa de un dulce de leche en forma de pescado, de manera que el espectáculo de ese día, siempre cumplía con el objetivo planteado por los organizadores de convertirse en lleno total. Aunque los encargados del pequeño circo eran oriundos de la ciudad, desde tiempos remotos se podían ver extranjeros y gitanos rondando los espacios públicos, promocionando algunas funciones de las tantas compañías de variedades que acostumbraban llegar por el viejo malecón. Por ejemplo, antes de existir el Pu...