El último Conde de Maracaibo "El Conde de Boca Negra" y el Castillos de Lucas Rincón
Lucas Evangelista Rincón Rincón, un conocido magnate zuliano, quien gracias al negocio de los tranvías que operaban en la ciudad y las posteriores concesiones de la Ford Motor Company, compró el título nobiliario de “Conde de Bocanegra” y amasó entre los años 20’s y 60’s un imperio inmobiliario, cuya propiedad más emblemática fue sin duda el “Castillo de Bella Vista” (también llamado Castillo de Lucas Rincón), del cual hoy solo quedan dos torreones entre las calles 73 y 74.
Todo en lá vida de Rincón era lujo y estatus. Su linaje descendía de grandes proceres Zulianos de la independencia como Rafael Urdaneta y Remigio Negrón Rincón, tal vez por eso en los años 50 en uno de los constantes viajes al exterior, decidió comprar el título nobiliario de " Conde de Bocanegra", al cual correspondía el escudo de armas que adornaba la entrada de su castillo.
Lucas Rincón también trajo al país un Cadillac Presidencial modelo 1955 que solía usar en la ciudad para desplazarse a atender sus negocios como propietario de la exclusividad de Ford en la región, la Maracaibo Telephone Company (que adquirió por la astronómica suma de 40.000 bolívares) o el Banco de Maracaibo que figuraba como accionista.
Tras la muerte del “último conde de Maracaibo” el 30 de septiembre de 1968, a la edad de 89 años, su patrimonio ya disminuido pero aún considerable, quedó entrampado en un litigio sucesoral donde la viuda, Aura María Colmenares y los cuatro hijos legítimos (Oswaldo Darío y Olga Margarita Rincón Meléndez y Oscar Enrique y Lucas Alfredo Rincón Colmenares) cuestionaban la paternidad del extinto potentado hacia su hija natural Bertha Elena Rincón de García.
De los hijos del magnate ninguno sobrevive a la fecha, aunque la disputa persiste a través de los descendientes de Oswaldo, quienes en octubre de 1992 apelaron un fallo de 1991 que reconocía los derechos de Rincón García y sus hijos sobre la 1/5 parte de los bienes que integran la sucesión de Lucas Evangelista Rincón. La apelación fue rechazada 20 años más tarde en junio de 2012, mediante una ponencia de la jueza Imelda Rincón Ocando.
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